Todavía recuerdo con cuánta sorpresa y conmoción el año pasado me quedé pegado a la tele escuchando que esa madrugada había fallecido Steve Jobs.

Por eso, hace un par de meses cuando me regalaron el libro con su biografía oficial, “Steve Jobs”, me puse enseguida a leerlo. Es un libro largo–700 páginas–que relata toda la historia de Jobs, desde sus inicios hasta los últimos meses de lucha contra el cáncer.

Jobs era un tipo de contrastes, binario. Sin dudas, tenía un olfato especial para el buen diseño de los productos de Apple y sobre todo para elegir a la gente con la que se rodeaba. Pero también era una persona de temperamento brutal, con poca empatía y que podía ser muy hiriente con los demás. Como líder tuvo la visión y empuje necesarios para fusionar el arte del buen diseño con la última tecnología en productos revolucionarios.

El autor escribió la biografía por pedido del propio Jobs. Y para hacerlo juntó el material recopilado en innumerables entrevistas con él, con su familia, sus amigos, adversarios y colegas. Realmente vale la pena leer su historia para tratar de descifrar a uno de los inconos indiscutibles de nuestro tiempo