El mundo actual es sumamente volátil e impredecible. La innovación es la norma que dirige el desarrollo de todos los productos y servicios, pero en el sector de IT estos cambios son aún más visibles. Así que innovar es la respuesta adaptativa a un entorno cambiante, en un sentido amplio y elemental.

Es indispensable, pues desarrollar una cultura de innovación sostenible. O morir.

¿Qué estrategias existen para innovar? ¿Por dónde comenzamos y cómo continuamos innovando? ¿La innovación emerge o hay que buscarla? Para sobrevivir, las empresas y organizaciones necesitan no solo encontrar nuevas ideas sino también adaptarse a los cambios continuos. La innovación requiere de tres pilares básicos para florecer en cualquier organización:

  • Recursos: aunque sean escasos, debe asegurarse su disponibilidad. Nótese que un presupuesto demasiado alto puede ser tan perjudicial como uno demasiado bajo.
  • Independencia: los equipos innovadores son multidisciplinares y capaces de crear, lanzar y comercializar productos completos, no solo prototipos.
  • Participación en los resultados: los empleados necesitan reconocimiento y la organización debe tener claro quién es el innovador y asegurar que recibe el mérito y reconocimiento—no puede ocurrir que el mérito y los beneficios se repartan solo entre directivos.

No existen dos empresas iguales, cada una debe encontrar su propio camino—“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, escribió Machado. Pero sí existen algunas formulas generales que no pierden vigencia. A continuación se presentan algunas recetas inspiradas en el pensamiento lean que permiten levantar los tres pilares e institucionalizar la creatividad y la innovación en cualquier organización. O casi.

Receta 1: Estimular la Curiosidad

Cuando pensamos en organizaciones creativas, se nos vienen a la cabeza las empresas de diseño vanguardista, las startups y las agencias publicitarias. Sin embargo, la creatividad y la innovación se pueden aplicar a cualquier campo. Solo se requiere un cambio en el esquema mental que, por supuesto, comienza en el liderazgo. Pero esto no tiene que ver con tener líderes más creativos, sino más bien con tener líderes que aprovechen el potencial creativo de la organización.

¿Cómo lograrlo? La observación y la curiosidad son el combustible básico de la innovación. Hacer preguntas es una de las mejores prácticas de una mente curiosa porque las preguntas lanzan desafíos, inspiran, se abren al contexto y provocan una reflexión. Lean propone la técnica de los “5 Por qué’s” para encontrar la raíz de un problema. Podemos adaptarla y usarla para explorar nuevas soluciones. Los líderes adoptan así el rol de exploradores y coaches que inspiran con su visión y mantienen el compromiso en la organización.

Es necesario un clima de confianza que apoye a los individuos y equipos y favorezca el diálogo en la búsqueda de soluciones creativas. En ese sentido, los líderes también son como jardineros que plantan las condiciones donde florece la innovación y los equipos se sienten motivados.

Receta 2: Apostar por las Personas

“El hombre es la medida de todas las cosas”, dijo Protágoras. Esta frase impacta mucho porque implica que cada ser humano es la referencia de lo que es verdad para si mismo. Y esto claramente afecta a las organizaciones porque están formadas por equipos que a su vez están integrados por personas que tienen comportamientos, experiencia, habilidades sociales y sus propias motivaciones.

La excelencia solo puede alcanzarse cuando el compromiso de las personas y la productividad de la organización están en su máximo nivel. Pero la innovación no es propiedad de un solo cerebro. Los equipos multidisciplinares son la piedra angular de la innovación. Es necesario que los individuos posean competencias técnicas pero también que tengan habilidades sociales. No podemos esperar que una persona altamente técnica innove si no sabe relacionarse con sus compañeros de forma efectiva.

Al mismo, tiempo la colaboración y la buena comunicación son indispensables en cualquier entorno creativo que tolera que la gente pueda comentar abiertamente sus ideas sin sentir vergüenza. Cuando las personas trabajan durante mucho tiempo llegan a conocerse bien en sus fortalezas y debilidades—y pueden improvisar e innovar de manera más efectiva.

Así pues, contar con un clima de trabajo saludable, que mejore las actitudes y el compromiso, facilita la innovación.

Receta 3: Experimentar

El método lean aplicado al mundo de las startups propone abordar todo como un experimento en el que se prueba una hipótesis de forma práctica y empírica. Básicamente se trata de adquirir aprendizaje validado, es decir aprendizaje respaldado por datos empíricos y decidir con los datos en la mano. El objetivo es minimizar el tiempo y recursos invertidos para obtener la máxima calidad y reducir desperdicios en el funcionamiento de la organización—objetivo lean.

A veces, lo único que se obtiene de un experimento es aprendizaje, pero eso también es un avance hacia la innovación. El objetivo es estimular la creatividad trabajando en ciclos iterativos de mejora que sean cortos y frecuentes para obtener feedback rápidamente. En lean este enfoque también se conoce con el nombre de Kaisen y se aplica para resolver problemas.

Otras veces, desde el punto de vista de la innovación es más efectivo hacer evolucionar y extraer valor de un modelo ya disponible en la organización, en lugar de crear un modelo completamente nuevo. El número de ideas probadas y llevadas a la práctica es lo que convierte a la organización en innovadora. No podemos predecir el futuro, así que el secreto para innovar es priorizar, probar y descartar las malas ideas rápidamente.

Receta 4: Medir y Ajustar

El desarrollo de mejoras y soluciones creativas requiere en primer lugar entender bien el problema que debe resolverse y la situación. Lean se centra en utilizar datos para tomar decisiones y conocer el estado de avance en un proyecto. Y por eso es interesante el concepto Genchi Gembutsu que señala que debemos basar las decisiones en observaciones obtenidas de primera mano —es inaceptable dar nada por supuesto o confiar en los informes de otros.

Tanto en el desarrollo de software como en otras disciplinas, suelen realizarse Tests A/B para medir la efectividad de una solución con un conjunto reducido de usuarios antes de su publicación definitiva. Esta forma de probar hipótesis, ideas y metodologías garantiza que los recursos están bien invertidos y no hay desperdicios—objetivo lean.

Receta 5: Hoja de Ruta para los Equipos

A medida que las innovaciones se consolidan, la organización debe hacer crecer sus proyectos y llevarlos a las siguientes fases: escalar, gestionar recursos, conquistar mercados, reducir costes, externalizar. Y aunque concebir las ideas es un proceso distinto al de ponerlas en marcha, se tiende a asumir que el equipo original debe encargarse de esta evolución. No tiene por qué ser así.

Lo mejor es que en cada etapa se desarrollen equipos fuertes y multidisciplinares y que cuando los productos pasan de una etapa a otra, se entregan de un equipo a otro. Los empleados pueden elegir si van a moverse con el producto o si prefieren dedicarse a la creación de otro nuevo. Ninguna de las dos opciones es correcta o incorrecta, depende de los intereses y cualidades de las personas en cuestión: hay personas que son naturalmente innovadoras y prefieren trabajar sin la presión y expectativas de las fases de negocio más avanzadas, otros en cambio ven la fase de innovación como un camino para convertirse en directores.

Debería permitirse a cada uno encontrar el tipo de trabajo que le va mejor y también favorecer la colaboración e intercambio entre equipos diferentes.

Con estas cinco recetas hemos abordado varias cuestiones que pueden ayudar a institucionalizar la innovación y convertirla en parte de la cultura de la organización. Hemos visto que los principios lean van de la mano con los 3 pilares presentados al inicio y que sustentan la creatividad y la experimentación como herramientas para crear nuevo valor para los usuarios.