Recuerdo que hace varios años, cuando estudiaba la asignatura de Inteligencia Artificial en la universidad, nos dijeron que ya no se producían avances relevantes en las investigaciones y que el tema había perdido el interés de la comunidad ciéntifica.

Por eso me he alegrado mucho con las últimas noticias sobre aplicaciones comerciales basadas en IA. El artículo What happened to Turing’s thinking machines? resume el estado del arte, con los últimos avances y algunas proyecciones sobre el futuro.

El investigador Peter Norvig, de Google, señala que las máquinas superan la inteligencia humana en tareas que se basan en el uso de un conjunto reglas y patrones bien conocidos. Nos superan porque son capaces de aplicar esas reglas más rápidamente que nosotros. Ejemplos: jugar al ajedrez, controlar y dirigir el vuelo de un avión, verificar las condiciones para otorgar un crédito bancario.

Sin embargo, nosotros superamos a las máquinas en tareas mucho más simples que requieren la versatilidad del pensamiento humano. El problema de lograr que los ordenadores emulen la inteligencia humana tiene que ver con la capacidad de interactuar con el mundo que nos rodea, en tareas como reconocer personas, objetos y el lenguaje hablado. Esas tareas requieren el manejo de muchas variables que son difíciles de predecir.

Los últimos avances tienen que ver justamente con eso, con la gestión de la incertidumbre del mundo real. Y esto se ha logrado utilizando modelos matemáticos basados en teorías de probabilidades aplicadas a 100000 varibles. Los ejemplos más mediáticos de estos avances son el asistente Siri de Apple (capaz de interpretar frases habladas) y el coche sin conductor de Google (capaz de conducir de forma autónoma por todo tipo de carreteras y calles)

En el artículo, Norvig también da algunas pistas sobre el futuro. Señala que en la próxima década se construirán muchos dispositivos especializados que aplicarán estos últimos avances en el campo de la IA y que colaborarán en nuestra toma de decisiones. Por otro lado, Norving señala que todavía queda mucho camino para lograr sintetizar una inteligencia general equiparable a la humana.. pero ya se están montando las piezas individuales que tal vez permitan hacerlo algún día: reconocimiento de voz, sistemas de visión, mecanismos de planificación que incluyen grados de incertidumbre, etc.